!BIENVENIDO SEAS!
Hoy es de nuevo Navidad,
pequeño Niño Dios.
Pero no vamos a mirar las luminarias
de nuestra ciudad toda engalanada,
porque queremos comprender
el espíritu auténtico de tu llegada.
Y no hay luces de colorines.
Sino que vemos que una patera es tu cuna
y el mar tu inmenso portal.
No están el buey y la mula
sino que los delfines
y las estrellas marinas,
junto las estrellas del cielo,
son los que te han podido acompañar.
Tu madre Maria está extenuada
de caminar por desiertos de arena,
de atravesar los desiertos del mar,
de escrutar en el cielo oscuro
a la búsqueda de una estrella cometa
que les pueda orientar,
o en la lejanía, una playa de arena
donde sea posible atracar.
Hoy es Navidad,
pequeño Dios en patera,
esa es ahora tu cuna,
el mar tu inmenso portal,
no se ven cerca muchos hombres
de buena voluntad a los que el Ángel
tu llegada pueda anunciar
puesto que aquí en la tierra donde llegas,
todo sigue peor o peor que mal.
No ha parado el paro
ni han parado las guerras
ni ha parado el hambre
ni ha parado la violencia
ni ha llegado la paz.
Muere quemada la madre tierra
y todo se va convirtiendo
en un tremendo erial.
Hoy es Navidad,
Niño Dios de la patera,
pero aquí no llegarán los pastores
ni tampoco los Reyes
con su oro, incienso y mirra.
Vendrán hombres uniformados
que te pedirán los papeles,
que ni Tú, pequeño Niño Dios,
ni tus padres hambrientos y agotados
podréis mostrar.
Hoy es una nueva Navidad,
Niño Dios de la Patera
y en ésta tierra de luminarias engalanada
para celebrar tu llegada a Belén
al máximo os darán una manta
y en algún casa de acogida de inmigrantes
quizá os alojarán.
Nadie puede venir a recibiros
ni nadie os va a escuchar.
Todos están ocupados en su cena
con buenas viandas, turrón y champán,
porque si por casualidad
no lo sabéis, en ésta opulenta Europa
donde vuestra patera os ha portado,
“hoy es Navidad.”
Hoy es de nuevo Navidad,
pequeño Niño Dios.
Pero no vamos a mirar las luminarias
de nuestra ciudad toda engalanada,
porque queremos comprender
el espíritu auténtico de tu llegada.
Y no hay luces de colorines.
Sino que vemos que una patera es tu cuna
y el mar tu inmenso portal.
No están el buey y la mula
sino que los delfines
y las estrellas marinas,
junto las estrellas del cielo,
son los que te han podido acompañar.
Tu madre Maria está extenuada
de caminar por desiertos de arena,
de atravesar los desiertos del mar,
de escrutar en el cielo oscuro
a la búsqueda de una estrella cometa
que les pueda orientar,
o en la lejanía, una playa de arena
donde sea posible atracar.
Hoy es Navidad,
pequeño Dios en patera,
esa es ahora tu cuna,
el mar tu inmenso portal,
no se ven cerca muchos hombres
de buena voluntad a los que el Ángel
tu llegada pueda anunciar
puesto que aquí en la tierra donde llegas,
todo sigue peor o peor que mal.
No ha parado el paro
ni han parado las guerras
ni ha parado el hambre
ni ha parado la violencia
ni ha llegado la paz.
Muere quemada la madre tierra
y todo se va convirtiendo
en un tremendo erial.
Hoy es Navidad,
Niño Dios de la patera,
pero aquí no llegarán los pastores
ni tampoco los Reyes
con su oro, incienso y mirra.
Vendrán hombres uniformados
que te pedirán los papeles,
que ni Tú, pequeño Niño Dios,
ni tus padres hambrientos y agotados
podréis mostrar.
Hoy es una nueva Navidad,
Niño Dios de la Patera
y en ésta tierra de luminarias engalanada
para celebrar tu llegada a Belén
al máximo os darán una manta
y en algún casa de acogida de inmigrantes
quizá os alojarán.
Nadie puede venir a recibiros
ni nadie os va a escuchar.
Todos están ocupados en su cena
con buenas viandas, turrón y champán,
porque si por casualidad
no lo sabéis, en ésta opulenta Europa
donde vuestra patera os ha portado,
“hoy es Navidad.”
El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mi; y el que me acoge a mi, no me acoge a mi, sino al que me ha enviado". Marcos 9,30-37