viernes, 5 de junio de 2009

EL BOSQUE DE DIOS


(El bosque nocturno es azul)


Si por el bosque vas

en una noche iluminada

por la luna llena,

y , allá arriba la ves enorme,

bola grávida de luz,

que rezuma blanco resplandor.

Si oyes murmullar

mil presencias escondidas

en ramas y madrigueras

y sus ojos relucir

en la oscuridad clara

de la noche primaveral,

es que Dios está ahí.

Y si por el bosque vas

y sientes el aullar del lobo

que canta su amor a la luna,

bola grávida de luz,

y el astro nocturno

le regala una sonrisa

de complacencia

y ves su imagen solitaria

con el hocico que punta

a las estrellas en el claro del bosque,

entre esos gigantes centenarios,

es que Dios está ahí.

Y si cuando llega el alba

calla el lobo,

calla el búho,

callan las criaturas nocturnas,

y en la sutil luz del amanecer

puedes oír el canto de pájaros

y el aletear de mariposas

que caracolean entre flores silvestres

y húmedas de rocío matinal,

tus ojos atónitos

perciben que Dios está ahí.

Has visto, has tocado, has sentido,

el cántico de sus criaturas,

has visto has sentido

has contemplado a Dios

en esa Catedral fantástica,

enorme, de la Creación.

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