(EL SILENCIO ES BLANCO TRANSLÚCIDO)
No tiene importancia
lo que tu digas
ni lo que yo piense
ni tampoco lo que tu digas
o lo que yo piense
que tu piensas.
No tiene importancia
si caminamos
o nos quedamos parados.
No tiene importancia
la certeza de saber
que pensamos
de querer pensar
o querer pensar
lo que no pensamos.
Porque sería triste
que yo te dijese
lo que no pienso
o que tu me dijeras
lo que piensas
sin que yo te comprendiera.
Porque te comprendo
sin que digas
lo que piensas,
como me comprendes
aún en silencio.
Porque sería inevitable
el decidir de dejar
de pensar caminando
por el mismo camino
o contrariamente
seguir pensando juntos
por caminos separados.
El pensamiento mejor
de éste otoño raro
es caminar juntos callados.
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