(El pánico es la Flor del Mal)
Tras de ti, la ventana .
Tras ella, montañas peladas.
Tu cara macilenta es térrea,
tu frente está arrugada,
gris la mirada
mortecina la lámpara.
Delante de ti, la mesa,
la mesa como muralla
interpuesta
entre tu mirada gélida
y la mía aterrada.
Entre tus dedos aferradas
las hojas fatales
y tu boca que se va a abrir,
mis manos como pantalla.
Resbalan tus gafas,
y veo las pupilas lluviosas,
armas silenciosas que asoman
por encima de la montura,
con perplejidad interrogativa.
Mis manos como pantalla.
!No quiero saber nada!
Soy una hipocondríaca.
Vas a morir, lo dice tu cara.
El hígado te sale por la nariz.
Mi mirada aterrada.
Tras de ti, la ventana.
Tras ella, las montañas peladas.
En ese lugar el hígado resbala,
viscoso, rojo granate,casi líquido
y como reloj daliniano
se desparrama.
Imagen: detalle de RELOJ de SALVADOR DALÍ.
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