(EL DOLOR ES NEGRO AZABACHE)
La luna roja
cual fantástica lámpara
convierte el mar en sangre.
También el firmamento
como neblinoso,
enrojece
y hasta las nubes
se tiñen de bermellón.
La locura
expresada en palabras
inaudibles,
te estalla dentro,
atraviesa tus pupilas
y penetra en el alma,
en un destello espectral
haciéndote descender
escalón tras escalón
hasta el mismo infierno.
Esa es la luz,
esa es la luz roja,
esa es la lámpara roja,
es la luna roja,
es la pupila roja,
es tu dolor sin límite,
tu dolor indescriptible,
es la herida abierta
que la sangre arroja
la que hace el mar púrpura
convirtiendo la luna
en una bola
incandescente.
Es tu desintegración
como persona,
que no resiste más el dolor,
es la luz roja,
como un relámpago
antes de llegar al negro,
al negro azabache.
Ese es el final del final.
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