EL ACANTILADO
(EL DOLOR ES NEGRO NOCHE)
Se aferran a la misma roca
como un naufrago a la escollera
los pinos de Punta Prima,
sus raíces buscando el agua
se quedan en la superficie
y a la vista
como largos tentáculos
que sorteando obstáculos
busquen sustento.
Desde el alto rocoso,
entre esos pinos vivos,
se ve descender el acantilado,
abrupto y con sus agujas,
cual catedral gótica
hundiéndose en el mar
en la profundidad
de sus aguas verdiazules.
Ahí,absorta,
me quedo acompañada
de mis viejos fantasmas,
como si el eco del viento
de yodo perfumado
me trajera aquellas voces
perdidas en el tiempo.
Algunas me llaman por nombre
invitándome a tirarme,
otras parecen sujetarme
y me disuaden.
Muchos están ya de aquella parte
de la que solo se oye sus voces,
y esas voces me atraen
como me atrae el fondal cristalino.
Me siento cansada de caminar
y me gustaría dormir
en el suelo verdiazul
de la catedral sumergida.
Parecen agitarse los tentáculos
de los pinos buscadores de vida
en la roca de sustento difícil.
Sus voces las forma el Garbí
moviendo sus ramas.
Parece que digan
“Si nosotros podemos vivir
sin agua en la roca
tu también puedes”.
Me siento sobre sus raíces
y las riego con un torrente
salado de lágrimas.
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