martes, 6 de octubre de 2009

EL SACO LLENO



(LOS SUEÑOS TIENEN EL COLOR AZUL DEL RELÁMPAGO)



Cuando salí llevaba el saco lleno,
pero no me pesaba.
Estaba saliendo el sol,
sentía su calor en mi cara.


De vez en cuando,
aunque no veía como,
algo se caía del saco.
Y yo gritaba de dolor
y me desesperaba.


Aferraba el saco
como para protegerlo,
aunque los seres raros
que me perseguían
se reían sin parar.


Se reían,se reían,
y caía otra cosa
que ellos escondían
mientras se iba nublando el sol.


Yo lloraba a gritos
y los ecos de los gritos
resonaban con espantoso ruido
pero nadie me oía
y ya no había sol.


Como ya casi no pesaba el saco
lo apretaba contra mi cuerpo
mirando alrededor.
Llovía a torrentes,
caminaba en un barrizal.


Apretaba mi saco
que ya no pesaba nada.
Llovía y llovía
y sentía la respiración fétida
de los que me seguían.


Reían y reían
mientras yo lloraba a gritos
con desesperación.
Me arrebatan el saco
y corrían y corrían
sin dejar de reír.


Llovía y llovía
y con el barrizal hasta la rodilla,
las risas ya lejanas,
con las manos ya vacías
quedaba solo la lluvia
sobre mi cabeza.
La lluvia y la desesperación.

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