(LA INCOMUNICACIÓN ES LA FLOR DEL MAL)
Aquí nos ha traído
el viento del desierto.
Y ya no somos
quién eramos,
ni estamos
donde estábamos.
Ahora estalla el rayo verde
ante nuestra mirada atónita,
ese que precede a la noche,
y entendemos, ante su luz última
que estamos perdidos
en lo que parece un desierto vacío.
Aquí hemos terminado.
Ya el viento ha dejado de soplar,
y solo veo bajo la noche estrellada
tu soledad trenzada
de estremecimientos
que en igual modo que ayer,
se te asoma a los ojos.
En éste arenal reseco,muerto,
observo ,como en un espejo,
una figura que brota
del suelo agrietado.
¿Soy yo que me reflejo? No. Es otra.
Es una anciana canija y arrugada
que ríe a carcajadas
y haciendo aspavientos
me señala con su huesudo dedo.
Soy tu soledad- me dice-
soy ese compendio
de viejas soledades,
de esperanzas rotas,
de espacio vacío,
que alberga dentro de ti,
ahora ya puedes decir
que me conoces.
Querido mio,pues ya lo sabes,
me tienes de frente,
callada y muda igual que ayer.
Me conoces sin conocerme
como me amas sin amarme.
Y así seguimos,
-ella riéndose-
la vieja de la pesadilla,
tu con las mismas inquietudes,
y yo con idénticas angustias
uno del otro cerca,
con los pies en la arena seca,
con los zapatos rotos de andar.
Hoy entrambos decidimos,
novedad rara,
vamos a decir una palabra,
como si quisiéramos
en medio del desierto romper
ese silencio ruidoso
que nos envuelve
como una segunda piel,
que nos asfixia y ahoga.
En el momento decisivo
pensábamos de estar tan cerca,
esa palabra silenciada
guardada con tanto celo,
ya apenas pronunciada,
es cazada en el aire
con su añoso cazamariposas
por esa vieja desarrapada,
ladrona de palabras no dichas,
ladrona de palabras apenas nacidas,
la guarda bajo su capa
y subiéndose en el rayo verde,
cinta transportadora de ansias humanas,
afirma entre carcajadas:
-Hago colección de palabras pensadas,
palabras que no pueden ser dichas-
Y se va empujada por el viento
a su morada infernal.
Así ha sido el raro sueño.
Es nuestra misma realidad
convertida en una vieja
que se ríe y nos mira
y cabalga en un rayo verde
que nos roba las palabras
sin casi llegarlas a pronunciar.
Desciende la noche.
Queda la misma tristeza
La vieja, ¿ soy yo,
o mi soledad misma?
continua riéndose sin parar
ya se la llevó lejos el rayo verde
que precede la noche oscura.
Y es que nuestras soledades,
tan cercanas,tan lejanas
siguen sin encontrarse
en sus vías paralelas.
Y así seguirán siempre
nuestras soledades solas,
solas de pura soledad,
solas de puro silencio,
solas de puro solas
como esas plantas
bellas y sin futuro,
cerca una de la otra
que crecen en el desierto
de nuestra vida.
nota:
Los personajes de SOLEDADES PARALELAS aparecen en una primera
versión en el Diario de Alicia.Al problema de la INCOMUNICACIÓNentre ambos se le añade un nuevo personaje:LA VIEJA LADRONA DE PALABRAS
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