viernes, 16 de octubre de 2009

ENTRE UN SEMÁFORO Y UN AUTOBÚS



(LA NOSTALGIA ES NÁCAR)


En mi lento caminar


bajo la lluvia


por la ciudad desconocida


laberinto impersonal


de calles anónimas,


siento tras de mi


tu presencia querida.


Cerrando los ojos,


me paro un instante,


aferrando en la memoria


un poco de tu imagen


que llevo escondida


dentro de mi.


Y no me importa


quedar inmóvil,


patética estatua ciudadana,


entre un semáforo


y un autobús,


porque por un instante


la ciudad gris


ha parecido colorearse toda


con esa sonrisa tuya


clavada


en mi imaginación.

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