domingo, 8 de noviembre de 2009

ABANDONADO ESPERÁNDOTE



(EL ABANDONO ES NEGRO COMO LA NOCHE)


Estoy solo en una carretera.
Y aquí sigo
desde que te fuiste.
Se hizo noche,
se hizo día,
llovió y salió el sol,
y aquí sigo
esperándote.


Yo no quiero creer
en esas leyendas urbanas
de perros abandonados
en las gasolineras,
y de viejos y de niños
que corren igual suerte.
Tú no. Tu no eres de esos
Tú eso no me lo vas a hacer.


Por eso sigo esperándote
aquí en medio de la carretera.
Tengo miedo y tiemblo
cuando un gran camión
pasa rozándome el pelo.
Tiemblo y lloro
con mis lágrimas de perro
que no se ven.
Tú no. Tú eso no me lo vas a hacer.


Por eso sigo esperándote.
Porque tus ojos eran sinceros
y la caricia de tu mano
era suave y amiga.
Ojos que aman
y mano que acaricia
no dejan a un amigo
en medio de una cuneta.


Por eso pienso
que algo te habrá pasado,
que no depende de tu voluntad,
que no querrás verme morir
en ésta polvorienta carretera,
que me volverás a buscar
y a mirar a los ojos
y a acariciar mi pelo embarrado.


Yo no creo que me abandonarás,
por eso te espero
llorando con mis lágrimas de perro.
No, tú no me vas a decepcionar.



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