(EL SILENCIO ES NEGRO NOCHE)
Y en mi sueño hay un gran silencio
y hasta veo que Dios queda en silencio.
Quizá hasta Él sienta estupor
por los gritos sin sonido
o por las lágrimas secas
o por ese dolor que ya ni duele
o por esa sangre que ni sangra
o por el lejano eco de esas voces
que le invocaban y ya no le invocan.
Todo ha quedado mudo
en el mundo de los hombres
y todos ellos se han dispersado
con sus heridas sin sangre
y su dolor sin dolor
y sus lágrimas secas
y sus voces roncas de gritar.
Se han ido despavoridos
ante el aterrador silencio
que emana en el hosco desierto
en modo que el páramo ha quedado vacío
e incluso Dios continúa en silencio
viéndoles en masa marchar.
¿A dónde van gritando esos hombres?
¿A dónde esas mujeres y esos niños,
a dónde van con sus lágrimas secas,
con su dolor que de tanto doler ya no duele?
¿A dónde van con sus heridas
que de tanto sangrar ya no sangran,
con sus gritos que no suenan?
Gritan ¿Dios donde está?
Y Dios guarda silencio.
Y Dios los mira en silencio.
Y Dios no les contesta.
¿Porqué ese silencio de Dios?
BENEDICTO XVI EN AUSCHWITZ:
"¿Dónde estaba Dios en aquellos días? ¿Porqué calló?
¿Cómo pudo tolerar ese exceso de destrucción, ese triunfo del mal?"
(Lo dedico a las víctimas del Holocausto)
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