EL RECUERDO MELANCÓLICO ES VIOLETA
Recuerda Bárbara
como llovía sin tregua aquél día,
y tu caminabas sonriente,
radiante, extasiada,
chorreante bajo la lluvia.
Caían las palabras
del cielo en forma de gotas,
en forma de lluvia fina,
palabras, palabras, tantas palabras,
que para ti tenían sentido
y para mi también.
Recuerda Bárbara,
como llovía sin tregua aquél día
y tú caminabas sonriente,
radiante, extasiada,
chorreante de lluvia
tu pelo y tu cara.
!Las palabras!
Ni tú lo sabías
ni yo lo sabía
la importancia de esas palabras,
flores blancas,
lluvia fina.
Recuerda, Bárbara
como jugábamos
con esas palabras.
Bárbara,
con el pasar del tiempo,
son palabras que la lluvia
se lleva
fuera, lejos de mi y de ti,
y las palabras se hacen río,
se hacen mar,
se hacen lluvia de nuevo
sobre tu rostro mojado.
Bárbara,
las palabras vienen y van,
son savia vivificante,
cuando te llegan,
son agua de vida
cuando se van
y confluyen de nuevo al mar.
Bárbara
llueve también en éste día,
llueve sin tregua,
y tú sigues caminando
sonriente,
radiante, extasiada,
chorreante bajo la lluvia
que sin cesar todavía esperas,
pero, Bárbara,
el tiempo ha pasado,
las palabras ya se han ido,
son ya mar
son ya río
aunque todo carece de sentido,
para ti no,
Bárbara.
Recuerda Bárbara
como llovía sin tregua aquél día,
y tu caminabas sonriente,
radiante, extasiada,
chorreante bajo la lluvia.
Caían las palabras
del cielo en forma de gotas,
en forma de lluvia fina,
palabras, palabras, tantas palabras,
que para ti tenían sentido
y para mi también.
Recuerda Bárbara,
como llovía sin tregua aquél día
y tú caminabas sonriente,
radiante, extasiada,
chorreante de lluvia
tu pelo y tu cara.
!Las palabras!
Ni tú lo sabías
ni yo lo sabía
la importancia de esas palabras,
flores blancas,
lluvia fina.
Recuerda, Bárbara
como jugábamos
con esas palabras.
Bárbara,
con el pasar del tiempo,
son palabras que la lluvia
se lleva
fuera, lejos de mi y de ti,
y las palabras se hacen río,
se hacen mar,
se hacen lluvia de nuevo
sobre tu rostro mojado.
Bárbara,
las palabras vienen y van,
son savia vivificante,
cuando te llegan,
son agua de vida
cuando se van
y confluyen de nuevo al mar.
Bárbara
llueve también en éste día,
llueve sin tregua,
y tú sigues caminando
sonriente,
radiante, extasiada,
chorreante bajo la lluvia
que sin cesar todavía esperas,
pero, Bárbara,
el tiempo ha pasado,
las palabras ya se han ido,
son ya mar
son ya río
aunque todo carece de sentido,
para ti no,
Bárbara.
Recordando a Jean Jacques Prévert
y su poema Bárbara.
“Rappelle-toi Bárbara
Il pleuvait sans cesse sur Brest ce jour-là”
Me recuerda cuando era niña, y joven y tambien madura.
ResponderEliminarMe gustaba andar bajo la lluvia, mientras otros corrían a protegerse.
Me sentía libre,
y loca de alegría, brincaba y gritaba bajo el aguacero.
Hasta que una tarde me sentí débil, frágil y vieja, y no volví a retozar con la lluvia.
Ahora no siento sus caricias ni me apetece bailar como africana al son de las gotas muriendo en el pavimento.
Y pienso que si me mojo me voy a enfermar y por eso cuando llueve corro con los demás a protegerme.